Por: Manu.AM
Nació en Cádiz en 1958. Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, en la actualidad es coronel de Intendencia de la Armada. Miembro del colectivo «Jaramago», colaboró durante la transición en la revista contracultural del mismo nombre. Pertenece al Foro Libre y a la Asamblea Amistosa Literaria. Es coautor, junto a poetas de 30 países del libro Aldea Poética. Ha publicado los poemarios Sobre Aliteradas (Niebla, Madrid, 1999), Arrítmico amor (Devenir, Madrid, 2003) y En el interior de la ciudad encerrada (Ayuntamiento de Salobreña, Granada, 2004). Ha publicado relatos en el periódico Faro de Motril y en la revista Tres Orillas, entre otros medios escritos. Es coautor del libro de narrativa Algo que me urge contarte, junto con otros veinte ventanianos (escritores habituales del programa de la Cadena Ser «La Ventana», de Millás). También ha escrito tres colecciones de microrrelatos: Marte entra en la casa octava (Alhulia, Salobreña, Granada, 2006), El fin del poder Absoluto (Diputación Provincial de Cádiz, 2007), Hijos del Mayo del 68 (Alhulia, Salobreña, Granada, 2008) y Un recetario de muerte (Alhulia, Salobreña, Granada, 2016). Además, ha sido columnista de artículos de opinión de La Voz de Cádiz.
¿Cómo fue tu transición de abogado laboralista a coronel de Intendencia de la Armada? Sería interesante conocer más sobre su experiencia y motivaciones para cambiar de profesión.
Yo creo que siempre en la vida he sido un poeta. En primer lugar, estaba destinado a dirigir y administrar el negocio de mi padre: un restaurante. Ya a los 10 años mi “aita” que estaba delicado de salud me obligó a trabajar en el local los fines de semana y las vacaciones escolares para que aprendiera el oficio y lo relevara en un futuro. Y a los 16 años me emancipo notarialmente y paso a dirigir el Restaurante Achuri de Cádiz, evitando que a causa de la jubilación de mi padre cesase la actividad del establecimiento y con ello se rescindiesen los contratos de los trabajadores por causa justificada, como pasó por ejemplo con otro restaurante situado en la misma calle Plocia. No me parecía justo dejar a la gente que llevaba muchos años con nosotros en la calle. En esos momentos, combinaba mis tareas empresariales con la carrera de Derecho, que terminé con la especialidad Derecho de la Empresa. Cuando, tras un proceso largo de meditación, reafirmé que mi futuro no pasaba por la hostelería, vendo el negocio a mi primo Ion Monasterio que llevaba bastantes años en plantilla y asumía al resto de empleados. Así que aprovecho ese momento para hacer la mili como oficial de complemento en la Armada, en donde llego al grado de alférez. Unos meses después, ya como civil, me ascendieron administrativamente a teniente de Intendencia de complemento. Cuando finalizo el servicio militar busco trabajo de abogado y lo encuentro en U.G.T que acababa de despedir a una letrada por desavenencias con la dirección del sindicato. Para colmo, ya dentro y en nómina, tuve la desagradable experiencia de contemplar el juicio contra la que previamente había ocupado mi plaza. Allí, más de uno, me insistían para que me afiliase a U.G.T. y al PSOE, incluso me llegaron a tentar con que tenía posibilidades de formar parte de las listas para las municipales del Ayuntamiento de Cádiz, si me inscribía. Nunca lo acepté. Además, yo previamente me había afiliado al P.S.P. , el partido de Tierno Galván, y creí en las utopías y no en lo que veía detrás de mi despacho de abogado: comportamientos pocos honrosos en las elecciones sindicales y peleas cainitas por arrebatar un delegado a la competencia( principalmente USO o Comisiones Obreras) con muy malas artes. Cuando observé cosas que no me gustaban y que no casaban con mi moralidad decidí marcharme. En ese sentido, el que me sustituyó, Agustín Barberá, que creo que era una persona dócil y honrada, pero tuvo mala suerte, fue uno de los condenados por el caso ERE. Ante eso, decido aprovechar mi grado de teniente e ingresar de nuevo la Armada, siendo destinado como profesor a la Escuela Naval Militar de Marín y de ahí, luego, logré un destino en San Fernando en el Centro de investigación de Enseñanza Naval, situado en un pequeño edifico dentro del recinto de la actual Escuela de Suboficiales de la Armada. Y no sigo para no aburrirte con mi hoja de servicios completa.
¿Cómo influyó tu participación en el colectivo “Jaramago” , durante la Transición en tu escritura? Me gustaría conocer cómo esta etapa de su vida afectó a su creatividad y perspectiva literaria.
Antes de ir los domingos a trabajar al bar de mi padre que había pasado a mi nombre, acudía a misa a la iglesia de Santo Domingo y allí descubrí en 1976, con 18 años, que los componentes del coro llevaban también una revista literaria. Antes había escritos algunos poemas sueltos en el colegio marianista de San Felipe Neri de intramuros, durante el curso que llamaban en aquella época Ingreso, con diez años, tanto a la Virgen en el mes de mayo como a mi madre. Por cierto, sirva como anécdota, que nunca he conseguido una mayor audiencia. En concreto, uno de mis poemas los recité en la primera planta del edificio con un micrófono a todos mis compañeros del colegio formados por clases abajo en el patio.
Con Jaramago liderado por Juan José Téllez y su fiel escudero Rafael Marín vi por primera vez poemas míos publicados. Y eso es como el amor, que se recuerdan para toda la vida los primeros romances. Algunos de esos pequeños poemas estaban escritos en las mesas del restaurante Achuri, en los momentos de tranquilidad. Eso me permitió evadirme de la rutina laboral, despejar mi mente y descubrir que mi oficio me interesaba menos que la literatura. Por esos tiempos leía a Pio Baroja y a Unamuno, yo creo porque eran vascos y el ambiente que me rodeaba, una isla del País Vasco en Cádiz, me llevaba a descubrir a esos autores. En ese orden de cosas a Jaramago le llevaba no solo poemas sino también relatos muy cortos, que yo llamaba meta impresiones, pero que en realidad eran microrrelatos, porque desconocía ese género y no sabía nombrarlos de manera acertada, pues no se estilaban en esos momentos. Curiosamente nunca me publicaron en la revista esos primeros microrrelatos.
Cuando la publicación desapareció me sentí como un huérfano y solo conseguí publicar unos pocos poemas en la revista de la facultad de Derecho. Se dio el caso, una década y media después, en un efímero café en la calle Santo Cristo llamado Café de Correos, que se celebró un acto literario en honor a Jaramago, donde acudí como mero espectador porque nadie me había invitado y hasta el propio Juan José Téllez se había olvidado de mi cara, pues al volverlo a ver no me reconoció. Eso me espoleó y me decidió a empezar a publicar. Tuve la suerte de ir destinado a Madrid y conocer a Antonio Pastor Bustamante que dirigía una editorial nueva llamada Ópera Prima y seleccionaron uno de mis poemas que fue incluido en uno de sus libros más vendidos titulado “ Aldea Poética”, junto con poetas de 30 países. De Cádiz éramos solo dos, Fernando Quiñones y yo. Además, el prólogo fue escrito magistralmente por Gloria Fuertes. De ahí me pasé a otro Pastor, el prestigioso Jun Pastor que me publicó mi primer libro “ Aliteradas alas “y que me incluyó en su colección que vendía principalmente a suscriptores anuales.
Hablemos de tus poemarios ¿ Qué temas o emociones exploras en “Sobre aliteradas alas “Arrítmico amor “ En el Interior de la ciudad encerrada” me gustaría saber las inspiraciones detrás de estos poemas y cómo se relacionan con su vida personal o experiencias.
En cuanto” Sobre Aliteradas alas “ mi pretensión era crear un libro novedoso a base de aliteraciones, ya que esa técnica apenas es empleaba en España e ingenuamente pensaba que era algo rompedor e iba a cosechar mucho éxito. Y aunque se vendió la tirada completa nunca llegó a la segunda edición.
En “Arrítmico amor “ trataba de los vaivenes de toda relación amorosa, con momentos tanto de amor como de desamor. Cuestionaba lo que venden los poetas tradicionales de que toda las relaciones pasan por la exaltación, la euforia o el éxtasis y no presentan problemas, baches o momentos duros que hay siempre que soportar y que refuerzan los vínculos de las parejas hasta a hacerlos más fuertes como esos atlantes o cariátides que anclan los edificios nobles. En este poemario la aliteración la utilizaba solo en el desamor para simular un redoble de tambor, una llamada de atención en los instantes de bajón o desánimo.
En “ El interior de la ciudad encerrada”, que me publicó el Ayuntamiento de Salobreña ( Granada), trato de mi ciudad, Cádiz. La presento vista desde una perspectiva elevada, como en uno de sus poemas “la Torre Tavira”, donde aprecio que el esplendor, la belleza de sus estrechas y abigarradas calles o sus múltiples monumentos por tantos siglos de existencia, contrasta con la decadencia, el desempleo, la falta de oportunidades de su gente que está contribuyendo a que paulatinamente disminuya su población. Es toda un crítica social donde mezclo estampas bucólicas de la localidad con su deterioro colectivo.
¿Cuál es la historia detrás de su novela a gráfica ” Pedro el cazador de sirenas”? Me gustaría saber más sobre el proceso creativo y las influencias que llevaron a la creación de esta obra.
Trata de un marino soltero que ninguna mujer acepta por su tremenda fealdad. Ante ello, para satisfacer su frustración, se obsesiona con atrapar a una sirena, a pesar del riesgo que eso supone con caer en sus garras. Pero, precisamente su aspecto horroroso le libra de ser devorado por esos hermosos monstruos que coleccionan cabezas y acumulan tesoros en el fondo del mar. Como no consigue ser objeto de atracción de las ondinas les prepara una trampa y les ofrece de cebo una persona hermosa y joven.
En esa época colaboraba de articulista en la Voz del Sur y por las mañanas me leía diariamente más de 30 periódicos para luego sacar ideas que plasmaba en mis crónicas. Mi inspiración para los 7 capítulos que formaron la novela fueron las primeras noticias que tuve del movimiento INCEL (célibes involuntarios). Esa corriente de opinión agrupaba y agrupa a hombres que son o se sienten sistemáticamente rechazados por las mujeres. Ellos creen que siempre son las mujeres las que eligen y ,si nunca son elegidos, se convierten en unos marginados del amor, unos parias. Es por ello por lo que han exigido y exigen al Gobierno de los Estados Unidos que les proporcionen los medios que garanticen el derecho a tener sexo y disfrutarlo que debería corresponderle a todo ciudadano por el mero hecho de serlo. De tal modo que en el periódico digital mencionado redacté una crónica de ese movimiento y publiqué, además, semanalmente durante el verano los capítulos del libro por separado.
En tu colección de microrrelatos “El fin del poder absoluto” , ¿qué temas exploras y por qué elegiste este título? Tengo curiosidad en conocer más la estructura de los microrrelatos y como abordar la idea del poder.
“El fin del poder absoluto” lo publicó el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz, fue mi segundo libro de microrrelatos. Un año antes me estrené en ese género con “ Marte entra en la casa octava”( libro que fue presentado en la Delegación de Cultura de Cádiz por la delegada provincial Bibiana Aido que después sería nombrada ministra de Igualdad, la primera que asumía esas competencias en España ) .
Los microrrelatos no son tan fáciles de escribir, pues tienes que condensar la trama en unas pocas líneas y desechar todo lo superfluo. Asimismo, el escritor debe de ofrecer al lector una presentación, un nudo y un desenlace, como toda obra de ficción. Eso sí, los finales deben ser sorprendentes y en la mayoría de las veces también juegas hasta con el título para transmitir correctamente lo que quieres expresar y ahorrar palabras. La economía del lenguaje y la capacidad de síntesis son requisitos sine qua non de este tipo de relatos. Hace unos años para difundir sus técnicas impartí un curso de microrrelatos de una semana en la Asociación de Vecinos Muñoz Arenillas en Cádiz. Mi maestro ha sido Juan José Millas y mis compañeros en ese aprendizaje fueron los llamados “Ventanianos” (yo también soy uno de sus miembros), colaboradores en el programa de la cadena SER “ la Ventana de Millás “.
Los temas que exploré en ese volumen por el que preguntas fueron la caída de los mitos de abuso y explotación en nuestro entorno. Así ,el padre familia, el patriarca, que antes era el centro de la familia había perdido su poder absoluto en el hogar. Eso era el reflejo del futuro inmediato que se estaba cocinando, esa transformación de la sociedad que se palpaba, donde todos debíamos caminar por una senda social más igualitaria. Pero también criticaba a los abusadores que se encuentran en todos los ámbitos, como los chulitos en el colegio. Del mismo modo trataba del reparto de las tareas en el hogar. Cuestiones estas que profundicé en el siguiente libro “Hijos del Mayo del 68” en el 40 aniversario de esa revolución social, que optó como finalista al premio Andalucía de la crítica en al año 2008 y del que se vendieron un montón de ejemplares.
¿Cómo definirías tu estilo literario en general?
Yo siempre he admirado al vitoriano José Ignacio Aldecoa autor fundamentalmente de poesía y principalmente de cuentos, aunque también escribió alguna novela. Este hombre era Neo realismo y buscaba conjugar lo posible de la vida y el arte a través de la interpretación del mundo como una imagen. En ese aspecto de autor de relatos me he adaptado a mis tiempos y he intentado resaltar más las imágenes, algunas veces de manera cinematográfica, y he añadido dinamismo a las acciones de mis personajes, que se mueven con la rapidez con que se mueve la sociedad que está evolucionando de manera frenética.
En poesía he combinado parte de la poesía de la experiencia con la poesía de la diferencia y he administrado el lirismo con pequeñas dosis de realidad y de experiencias.
Sé que has escrito más libros los últimos años ¿Cuáles son y cómo se han ido desarrollando en crítica ¿Qué vamos a encontrar en ellos?
También he publicado “ Un recetario de muerte”, que fue fruto de la reflexión después de estar a punto de haber fallecido. Trataba sobre distintos aspectos de la muerte, desde tramas policiacas a relatos esotéricos y de fantasmas. Después de que alguna librería osara colocar en sus estanterías de cocina ese libro, por interpretar erróneamente el título, escribí la siguiente obra , que dejaba claro de manera absoluta que trataba sobre asesinatos, titulado “ Algunos asesinatos duelen más “. Tuvo una excelente acogida por la crítica, también se seleccionó para el premio Andalucía de la crítica, fue libro de cabecera en algún club de lectura y me abrió las puertas a mi proyección internacional. En el World cat se puede verificar que ese libro está en las bibliotecas de más de 70 universidades, la mayoría de Estados Unidos . El que quiera comprobarlo le paso el link https://search.worldcat.org/es/title/1123088421
Los siguientes libros tratan sobre el amor y se titulan “ Algunos amores no duelen tanto “ que también está en más de 70 universidades, donde trato distintos tipos de relaciones, homosexuales, intercambio de parejas , tríos, etc. y “ Algunos amores son diferentes”. Este último publicado por una pequeña editorial gaditana que por su tamaño seguramente no tendrá tanta salida internacional, pero en este caso quise intentar ser profeta en mi tierra.
¿Qué proyectos literarios tienes en mente para el futuro?
Estoy remitiendo manuscritos a varias editoriales para que me publiquen el último volumen de la trilogía sobre el amor titulado “ Años de amores diferentes”. A lo mejor en su día también completo la trilogía de relatos del género negro, pero está por decidir. Lo importante es que me sienta a gusto escribiéndolos y me divierta.
Y con respecto a la poesía, sigo escribiendo, pero no pretendo de momento publicar nada por la dificultad de darle salida en forma de ventas. Eso sí me siento más poeta que escritor, aunque parezca una contradicción, y sigo creyendo en la utopía y en la bondad del género humano como individuos independientes (no de los gobiernos y corporaciones económicas) a pesar de las guerras. La literatura nos une y el amor por la belleza y el conocimiento también.