CÁDIZ-.El próximo lunes, día 3, a las 20.30 horas, en la cafetería-restaurante El Cantábrico (Avda. Cayetano del Toro, 21) de Cádiz, la Asociación Cultural, Artística y Literaria FORO LIBRE celebrará un encuentro literario sobre la vida y la obra del poeta Juan Gil-Albert (1904-1994), como motivo del 12º aniversario de su muerte.
Cuando se lee a Gil-Albert se tiene la impresión de entrar en un mundo distinto. El mundo de Gil-Albert es de mayor alcance. El aristocratismo que se percibe en sus versos parece inclinarse a un humanismo personal, universal y total, de raíz estética. Tiene una inclinación pedagógica de estirpe socrática, más ética que estética. „Porque la vida es más‰,quizá sea esta la frase que mejor descubre el talante de Gil-Albert.
Su pertenencia a la elevada burguesía de su región natal no le impidió apostar libérrimamente, como poeta, por la causa republicana y popular. Fue uno de los primeros animadores de la revista Hora de España, que fue fundada en Valencia a finales de 1936. Sus redactores en un principio fueron Juan Gil-Albert, Rafael Dieste, Antonio Sánchez Barbudo y Ramón Gaya. A mediados de 1937, se unieron a ellos en la redacción María Zambrano y Arturo Serrano Plaja.
Participa en la organización del II Congreso Internacional de escritores antifascistas, así como, en la redacción de la famosa Ponencia Colectiva. En Memorabilia ha evocado Gil-Albert sus encuentros de aquellos días con Louis Aragón, Octavio Paz, junto, al recuerdo de otros nombres, presentes desde meses, como Antonio Machado, Alberti, Miguel Hernández, José Bergamín....
En 1927 aparece su primer libro, La fascinación de lo irreal. El escritor se mueve bien en el espacio de la prosa modernista. Le siguen: Vibración de estío, Galerías del Museo del Prado, Gabriel Miró...Pero Gil-Albert pasa a intentar la poesía „para que no se poetizara mi prosa‰ y su primer resultado es Misteriosa presencia (1936),un conjunto de bellísimos sonetos con un dejo de Góngora y Mallarmé. Sigue Candente horror (1936). En Barcelona, en 1938, aparece Son nombres ignorados.
Durante su exilio ˆque duró ocho años- publicó un solo libro: Las ilusiones con los poemas de El convaleciente., en Buenos Aires, 1944. Sus libros El existir medita su corriente (1948) y Concertar es amor (1951) representan su momento de destierro interior pero también el sabor por las cosas, el gusto por la vida Vuelve a la luz pública en la década de 1970 cuando publica obras tan importantes como su autobiografía en prosa, Crónica general (1974) y los libros de memorias Heraclés (1975) y Breviarium Vitae (1979).